Después de más de 30 años, Beetlejuice regresa a las pantallas en una secuela que mezcla el humor oscuro con lo sobrenatural. Lydia Deetz, ahora adulta, vive con su hija adolescente, Emily, en una pequeña ciudad. A pesar de haber dejado atrás sus experiencias con el inframundo, la vida de Lydia cambiará cuando Emily, sin querer, invoque nuevamente a Beetlejuice. El espíritu burlón regresa, trayendo caos, travesuras y situaciones hilarantes.
La historia se desenvuelve cuando Lydia, Emily y Beetlejuice se ven atrapados entre el mundo de los vivos y los muertos. Una serie de personajes nuevos y extravagantes del inframundo es presentada, ampliando el universo de Beetlejuice. Mientras Beetlejuice busca obtener más poder, las protagonistas deben encontrar la manera de enviarle de vuelta al más allá. Esta vez, sin embargo, el espíritu travieso tiene sus propios planes para quedarse. Los efectos visuales impresionantes y las secuencias cómicas son utilizados para enriquecer la trama y hacer avanzar la narrativa.
La película combina nostalgia y modernidad, recuperando el estilo gótico de Burton mientras introduce nuevos elementos. Se destaca una interpretación notable de Michael Keaton, quien vuelve a encarnar a Beetlejuice con su particular energía. A lo largo de la historia, se exploran temas como el legado familiar, el crecimiento personal y la relación entre madre e hija. Aunque la comedia sigue siendo el corazón del filme, momentos emocionales profundos también fueron integrados en la narrativa.
En definitiva, la nueva entrega de Beetlejuice mantiene la esencia del original mientras ofrece un giro fresco que atraerá tanto a nuevos espectadores como a los fanáticos de la película original.